Una declaración muy bella que encontré y he querido compartir en este espacio.
"Yo formo un cuerpo con la pintura, lo mismo que un animal lo hace con lo que ama... Ante todo no creo una mujer, sino que pinto un cuadro... el modelo es para los otros tan solo una fuente de información, pero para mi es algo que me obliga a la observación... Pinto directamente delante de la modelo, en ella misma, mis ojos apenas distan un metro de ella, y mis rodillas casi rozan las suyas. Y solamente tengo la impresión de haber hecho progresos cuando observo que mi trabajo se ha ido alejando de la influencia del modelo, de su presencia, presencia que no es necesaria para comprobar sus cualidades corporales, sino para mantenerme en un sentimiento, en un estado de flirteo, que termina finalmente en una violación ¿Violación de quién? La mia propia, en un estado de excitación sentimental ante el objeto amado... El modelo es para mi un trampolín, una puerta por la que tengo que pasar para llegar al jardín en el que me encuentro solo bien; el modelo existe para mi en tanto me es útil ¿Lo más importante para mi? Trabajar con el modelo hasta haberlo asimilado por completo y poder asi improvisar, dar a mi mano plena libertad, y llegar al punto en el que puedo respetar la grandeza y el carácter santificado de la vida." ( Henri Matisse).
Desde hace ya tiempo tomo todo lo que necesito del modelo en el dibujo y una vez lo he asimilado por completo, prescindo de ella, y pinto en ese jardin donde me encuentro solo y bien. En fin, "si puedes decirlo con palabras, no lo pintes" (E. Hopper).
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